Rosa, turquesa y oro
no sólo al oeste
sino el cielo todo
depara este instante
cerca de las ocho,
lo sé por la lancha
que llega y se quiebra
la serena seda
del agua, el trino
coral que despide
el día, estampida
hacia los celajes
que son alas,ángeles
guardando el olor
del guiso, el sonido
amortiguado que
regresa a casa
de los niños, vino
y bolsas de pan
susurra la noche
y Talita Kumi
se recuesta contra
mis costillas, vamos
dice, es hora ya
de hacer la comida
y luego ladridos
de orilla a orilla
acunando el tic
tac de esos grillos,
latidos de luz
señan el camino,
luciérnagas y
vecinos. Silencio
de "Mate cocido" Ed Nuevo Hacer 2002
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