miércoles, 24 de mayo de 2017

Rama rama, rama negra (Adela Basch)


fotografía de Silvia Sergi



Río

Si alguien me preguntara
aquí, ahora,
en este instante en que estoy recostada
sobre la espalda
de un río en flor,
si alguien me preguntara qué espero,
mi respuesta sería: nada.
¿Qué es, pero, una respuesta?
¿Qué espero, un saber, una certeza?
Sea lo que fuere, fuere lo que sea
el mundo es una sola pieza
que no tiene derecho ni revés.
futuro ni pasado.
Lo que ha de ser ya es
Aquí, donde se disipa toda pena,
en el fluir que todo lo diluye
junto al murmullo rasante de un poema,
cualquier expectativa huye.
Yo también soy el río que me presta su espalda
para que me recueste
y el río sabe que también él es
una mujer en flor, frágil y fuerte
que pasa fugaz con un poema
sin saber cuál es el límite preciso
entre las butacas de la platea
y el escenario donde fulgura el hechizo
con que transcurre la marea.

En el umbral del río

En el umbral del río
floreció la niebla
corola de pétalos grisáceos
de no deshojar.

Otoñea

Otoñea en la isla.
El río cruje en las ramas.
El agua balbucea, anárquica

y sagrada.

 de "Rama rama, rama negra" (Adela Basch, Ed La mariposa y la iguana, 2017)

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