sábado, 19 de marzo de 2016

Apuntes isleños: Sauces (M. Santiago Albarracín)






 El sauce que llaman criollo conviene plantarlo en las islas, en los albardones; su tronco es derecho, necesita ser cuidado y limpiado los tres primeros años a fin de que la maciega no lo tape, haciéndolo perecer. Si no se desmocha, puede crecer mucho el tallo, aunque lentamente.

 Sauce oriental, llorón o de Babilonia. Salix orientalis, flajellis dorsum pulchre pendentibus Tournefort. Salix babilónica: Linneo. Con ramas delgadas y colgantes, es el rey de los sauces, en cuanto a la belleza de su forma, vegeta con fuerza, brota con ramas largas y hecha ramillas como de diez pies de largo sumamente delgadas, y se pueden formar pabellones verdes, elegantes y graciosísimos a la vista. Este árbol crece espontáneamente en los terrenos abandonados, que se encuentran algunas veces salpicados de esta planta, ya que su semilla es transportada por las aguas y los vientos; cultivado, progresa rápidamente, si se cuida con esmero, como se deja ver en el paseo Guardia Nacional en los alrededores de Buenos Aires. Esta planta destruye cuantas alcanza a cubrir con su sombra, menos los enormes seibos, que descuellan sobre ellos admirablemente; su madera es de poco valor por ser vidriosa, y su leña, muy poco estimada.


En:"Apuntes Isleños" M. Santiago Albarracín, Ed. En Danza, 2016.

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