miércoles, 16 de diciembre de 2015
Viñas y Walsh en la Isla
“Una vez me invitó Walsh a vivir en su casa del Tigre. En esa época su compañera era Piri
Lugones. Y desde el comienzo , ese apellido turbador y el escenario del Delta nos fueron situando alrededor de una letra alegórica que solía deslizarse entre frustradas ironías hacia El Tropezón. En los atardeceres en que Walsh arreglaba su bote, la figura de Quiroga se sobreimprimía a la de Lugones; y entre ambas se iba armando una tensión que a Walsh, divertido pero sombrío, le gustaba exasperar: defendía con argumentos enmarañados pero convincentes el distanciamiento de la ciudad practicado por “el cuentista selvático”; lo justificaba por su ademán neobárbaro tan antivictoriano mientras aludía a su propia destreza con las armas y en la pesca del surubí. Su fervor, sin embargo, oscilaba entre el dorado y el pejerrey; y cuando se internaba en el escabeche, ya parecía lograr mi aprobación a sus autoabastecimientos y a su creciente adhesión a “lo elemental”. Nunca llegó a aludir a Conrad ni a Gauguín.”
David Viñas, Literatura argentina y política, vol II, de Lugones a Walsh, Santiago Arcos Editor, 2005, p.250,1.
lunes, 26 de octubre de 2015
El Delta poético: un refugio natural para la literatura (Carolina Esses para LN 25/10/15)
Pablo Bernasconi
Oliverio Girondo y Norah Lange le imprimieron la bohemia de los años treinta, las fiestas, las reuniones literarias. Lugones, su sello de muerte: en 1938 ocupó una habitación en el recreo "El Tropezón" y se tomó un frasco de cianuro. Rubén Darío, Rafael Alberti, María Teresa León, Silvina Ocampo, Olga Orozco: todos pasaron por el Delta, les cantaron a esas aguas amarronadas y densas, a los sauces, a los camalotes que cierran los riachos.
Fue refugio -aunque también centro clandestino de detención- en años de la dictadura: Diana Bellessi, una de las voces poéticas que hoy más se identifican con el paisaje isleño, llegó por primera vez en 1976. El rinconcito en el arroyo Felipe donde se instaló fue, según cuenta en el documental El jardín secreto (2013) -dirigido por Diego Panich, Claudia Prado y Cristian Constantini-, un Edén recién descubierto en medio del infierno que se vivía.
Paraíso anfibio de sauces, ceibos, juncos que crecen como plaga; "masa de verdura", como dijo Sarmiento en 1875; "Paraná incomparable" para el uruguayo Marcos Sastre en su libro El Tempe Argentino (1858); "una tierra encantada cuya realidad apenas podíamos imaginar", según comerciantes ingleses del siglo XVIII: la historia poética de la zona comienza con los guaraníes y su tradición oral de verso y canto -"¿Algo tienes para comunicarnos colibrí?/ ¡Colibrí lanza relámpagos!"- donde se celebra al jaguar, al pájaro.
Los versos llegan en las versiones del etnógrafo paraguayo León Cadogán, quien en los años veinte supo ganarse la confianza de las comunidades de la zona. Y no se pierden: los versos de los poetas actuales recogen el legado. Porque con su vegetación cerrada y su infinidad de arroyos, el Delta sigue siendo el lugar ideal para aquellos que necesitan escaparse del ritmo de la gran ciudad para escribir.
Algunos, como Bellessi, Alberto Muñoz, Javier Cófreces o Alicia Genovese, tienen su casa en el Delta desde hace años y suelen pasar temporadas enteras ahí. Otros, como Nurit Kasztelan, fueron a pasar Año Nuevo y no pudieron dejar de volver. Empezaron a ir los fines de semana, a pasar una temporada o dos. Kasztelan compartía casa con algunos escritores. Se turnaban para escribir. "Hay toda una movida en el Delta -cuenta-. Gente que busca un tiempo distinto, que las cosas transcurran de otro modo y esto es propio de los poetas."
Ni monte ni selva, el "continente isleño". como lo llaman Cófreces y Muñoz, autores de ese tratado poético sobre la zona que es Tigre (Ediciones en Danza), parece materializar el costado poético del lenguaje, es decir, esa zona en la que se abandonan las certezas y las palabras exploran otros tonos y matices.
Inmutable y móvil
No hay orden que rija el Delta. Tampoco lugar donde apoyar el pie porque lo que hay, siempre, es barro resbaladizo y oscuro. El Delta es móvil, variable en su propia inmutabilidad. "Las dos orillas que propone el río muestran lo mismo -dicen Muñoz y Cófreces-. Sin embargo, ?lo mismo' es cambiante, en una renovación intolerable."
Basta con salir de la estación y subirse a la lancha colectiva para entrar en una lógica que nada tiene que ver con la de los barrios privados o las urbanizaciones cerradas que paradójicamente lo rodean. El Delta es exuberancia y precariedad. Los pies abandonan tierra firme y empiezan a moverse por un territorio que al mismo tiempo abraza y ahoga, donde los límites entre tierra y agua no son claros, donde una crecida puede darse en cuestión de horas dejando al viajero sin posibilidad de salir. La mirada se agudiza. El paisaje pide una atención especial en relación con lo pequeño, lo mínimo: el bichito que camina por la hoja, la gota de lluvia que cuelga del helecho.
Además de poeta, Marisa Negri es docente en la escuela secundaria de Paraná Miní. Administra el blog pájaro de mimbre, una antología sobre poesía isleña que empezó siendo un proyecto para el Fondo Nacional de las Artes. Ahí están desde los versos de Silvina Ocampo en su "Plegaria de una señora del Tigre" hasta una foto conmovedora: Haroldo Conti y Rodolfo Walsh de espaldas a la lente, de frente al río. Conti, particularmente, amaba la zona y eso es evidente en novelas como Sudeste, con impronta poética. Su casa a orillas del arroyo Gambado es hoy un museo. Desde 2010, Negri organiza junto a Alejandra Correa el ciclo "Poesía en la escuela". Si hay alguien que conoce y milita a favor de la movida poética del Delta, es ella. Cuenta que hay talleres, encuentros y un ciclo en su casa que se llama "Poesía en el muelle", en el que invita a "leer para los bagres".
A la hora de nombrar un poeta isleño la referencia es necesariamente Carlos Enrique Urquía, cuya obra reunida (sus cuatro libros sobre el Delta) acaba de publicar Ediciones en Danza bajo el nombre de La Islíada. Urquía vivió desde pequeño y hasta su muerte en 2003 en San Fernando. "Es de los pocos que hablan del Delta desde su permanencia en él -cuenta Negri-. Pero los poetas nativos de las islas, a excepción de los guaraníes, son mis alumnitos de la escuela. Todos los demás sólo somos viajeros fascinados o venidos a las islas."
Negri vive, junto a su compañero de toda la vida, en el "otro" Delta, cruzando el Paraná de las Palmas, lejos de las casas de fin de semana ("esas casas de juguete destinadas alweekend de la metropolí", como escribía Roberto Arlt en 1941), una zona donde, si se tiene suerte, se puede llegar a ver alguna cierva esconderse en el monte. "Mi relación con el Delta comienza en la primera infancia -cuenta-. El lugar en el que vivo se llama Nautilus, nombre que mi tío abuelo le puso en homenaje al stud de caballos de mi tatarabuelo, Domingo Torterolo. La primera casa, a la que yo venía de chica con mi abuelo y con mi papá, con la muerte de mi viejo fue abandonada y finalmente se la llevó el río de a poco."
Marisa regresó al Tigre y construyó la casa en la que vive con sus propias manos, tratando de modificar el entorno lo menos posible. "Vivir acá es abandonar el control y dejar que la naturaleza retome el mando. Al principio o si estás de visita puede resultar abrumador: todo el verde es igual; todos los pájaros, parecidos... pero con el tiempo eso empieza a cambiar, empezás a nombrar el mundo, a reconocer a los pájaros por su comportamiento, por su canto, por su plumaje."
El Delta es el agua pero también la posibilidad de la isla y, como tal, la utopía de fundar un mundo nuevo: "El terreno fue desmalezado -dice Genovese en el poema que abre la sección "Diario del Delta II" del libro Química diurna (Alción)- y la tierra apareció rugosa/ como la piel de un recién nacido". Basta pensar en Xul Solar, que vivió sus últimos diez años en Li Tao, una casa a orillas del río Luján. La muestra del Museo de Arte Tigre -se puede visitar hasta fin de año- muestra cómo Xul plasmó en la obra de esos años lo que sería la arquitectura de las islas, las fachadas de sus casas, la filosofía que inspiraría a sus habitantes: de qué modo imaginó ese lugar ideal como territorio real.
El Delta exige un esfuerzo físico: hay que hachar, quitar la maleza, hacer acopio de provisiones. En este sentido, es el espacio de la aventura. Ahí van Cófreces y Muñoz en una canoa a través del Paraná para poder hacer un libro que es a la vez poemario y catalógo de árboles. O Diana Bellessi, según la vemos en el documental, ocupándose del árbol caído después de la tormenta, buscando al isleño capaz de hacharlo. Ella misma dice, en un fragmento bellísimo del film, que encontró ahí, en la isla, en un rincón del monte, su propio continente africano, ese con el que soñaba de niña y que parecía siempre inalcanzable. Como en las Metamorfosis de Ovidio, la isla transforma: se puede ser al mismo tiempo serpiente, jaguar, araña que trepa y la misma hiedra aferrada al tronco. La isla, uno de los libros de Mercedes Araujo, refleja esto.
Al igual que el personaje de Defoe y también como el poeta, el isleño tiene el mundo ahí, al alcance de la mano, sólo hace falta ponerle nombre para que de verdad exista. Esto, por un lado, se relaciona con el afán del naturalista que etiqueta la fauna y la clasifica. Pero, por el otro, de lo que se trata es de armar un bestiario personal, de inaugurar un paraíso propio en el que lo referencial pierde peso. Construir una poética, como suele decirse.
"El Delta, en mi caso -explica Muñoz vía correo electrónico- es un hemisferio cerebral. Allí están las fijaciones, la pobreza, la infinitud, las ramas y los árboles posibles, el río, las canoas, los perros y el cielo o el espejo propio de los hongos. Eso a veces coincide con el paisaje y a veces no. Ahí están, en ese territorio, las ranas, los grillos y los musgos. Ahí, en ese tejido, en ese telar, se expresan historias de orilleros, historias oscuras y bellas. La isla aísla, repele, se come todo con sus fauces de tierra y raíces, pero ese animal es el que amamos."
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sábado, 3 de octubre de 2015
La marea (Carlos Enrique Urquía)
![]() |
Guía del Tigre e Islas del Delta / Director: Salvador Marsico noviembre 1960 |
Ahí
está el río
con sus
pantorrillas
y sus
manos aguadas
trepando
por los troncos sorprendidos
ahogando
las arañas
el río
sin dibujo en el paisaje
de
viento y ramas
ensayando
el relieve hasta los pájaros
proclamando
su
furia y su amenaza
haciendo
una pulsera en cada árbol
una
pulsera de agua.
El río
invade
y va
y
distribuye
su
cuerpo de culebra exagerada
visitando
las tierras y los montes
actualizando
zanjas
ha
crecido
hasta
el centro de las islas
y les
moja la cara
trayendo
su amistad hasta los pastos
muy
cerca de las casas.
Y es la
marea
un
caracol gigante
ancho
lleno
de patas
un ser
nuevo en la boca del paisaje
un
monstruo engrandecido
en el
pulso de la ola y la resaca.
Los muelles
se sumergen
las
canoas se escapan
el sol
deja en las costas su carrera
y el
poeta la espera
y se
descalza
y la
toma del brazo
y se
pasea
por la
cintura azul de la mañana
y en la
tarde de troncos y jilgueros
le deja
su amistad azucarada.
Marea
las islas
se hundirán con sus memorias
si tú
no las asustas y las cantas
las
islas que te esperan tras las lunas
necesitan
sus nalgas inundadas
por tu
voz de pescado y caracoles
y tu
espada de barro y caminata.
Las
islas
para
ellas tu familia
de
palos y de ramas
tu beso
hecho de río
tu
cicatriz mojada.
Marea
mariposa
de agua
posada
en las caderas de las islas
enamoradas
la
amistad ha iniciado en tus canales
la
invasión y la hazaña
y
recorre la orilla con su grito
que es
alegría y agua
como
una fruta oscura
nacida
en la raíz de las distancias
ofreces
tus ciudades misteriosas
tus
redes subterráneas
tu
limón con su diámetro jugoso
tu
barrosa casaca
e
instalas
pisoteando
entre los troncos
tu pie
descalzo y húmedo en el alma
y yo te
subo al canto
y te
entrego las llaves de mi casa
porque
te necesito
y
porque quiero
que
todo sea de agua.
martes, 1 de septiembre de 2015
Zamba del Delta (Carlos Enrique Urquía)
Rancho
de patas altas
rancho
del delta
la
intemperie se moja
en la
madreselva
el aire
es mariposa
rota y
abierta.
El
pescador la luna
anochece
afuera
el
anzuelo el ciruelo
La
araña abuela
ha
empezado la zamba
por tu
silueta.
Agua
argentina y besos
el
poeta y la zamba
y el
universo
Rancho de patas altas
canoa líquida
el
monte blanco endulza
la
fruta mística
El
pájaro atraviesa
por tu
sonrisa.
El
pescador se teje
línea
por línea
Hay una
boga lámpara
y un
bagre arcilla
El
muelle es zamba y zamba
sobre
las islas.
lunes, 29 de junio de 2015
Ranita bonaerense / Zoo insular Ediciones en Danza 2015
Desayuna en el jardín
en compañía del silencio del día.
En su interior guarda secretos
y en su exterior pinta naranjas.
Vive debajo de los botes,
o de ramas que encuentra
cerca de los charcos.
No le teme a la intemperie.
Se hizo religiosa
de tanto cenar mantis.
Por las noches, antes de dormir,
reza y croa al mismo tiempo
en "Zoo insular" Cófreces & Muñoz ilustrado por Martino
Pequeño Ratón Ilustrado
Ediciones en Danza
2015
lunes, 25 de mayo de 2015
Adelanto Dos poemas de La islíada (Carlos Enrique Urquía / Ediciones en Danza 2015)
![]() |
collage de Gabriel Martino |
23
Para Adolfo Arnoldi
Salimos a pescar.
El bote sube y baja
en un balanceo antiguo.
Carnada roja
carnada blanca.
Las líneas se hunden
en el agua.
Vamos a buscar
las bogas de vidrio.
El patí de grises azaleas húmedas
y el pejerrey de pantalón listado.
37
Está doblado hacia la muerte
hacia abajo
como un gran pescado podrido.
La piel con tábanos y moscas
los ojos sin dibujos y colores
las manos lejanas.
El ahogado se llama López.
Tiene el tiempo coagulado en las piernas
una flor de camalote en la boca
y un hijo en San Fernando.
Hace un minuto apenas
Armstrong camina por la luna.
de "Rama Negra" 1971
domingo, 24 de mayo de 2015
Naturaleza viva / Cristian González
Se inauguró ayer la Muestra "Naturaleza Viva" en donde exponen Cristian González y Javier Torres.
Para quienes deseen visitarla pueden pasar por la Quinta El Ombú de San Fernando (Libertador 600) hasta fines de junio.
Lo que sigue, algunos de los cuadros de Cristian, la mirada de quien vive aquí, en el corazón del delta.
martes, 31 de marzo de 2015
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